El protagonismo de la IA (actual y futuro) en casi todos los procesos empresariales invita a pensar que ése es el único camino para innovar y volverse más productivo. Lo cierto es que otras tecnologías complementarias se vienen abriendo camino en las organizaciones desde hace varios años y merecen ser tenidas en cuenta.
Hablar de RPA (o Automatización Robótica de Procesos), IoT (Internet de las Cosas), aplicaciones de Gestión de Proyectos o Programación Low-Code por fuera del fenómeno de la Inteligencia Artificial (en todas sus facetas, incluyendo la tan utilizada IA Generativa), hoy parece poco razonable: todas estas tecnologías recibieron un impulso enorme a partir de la integración con la IA. Sin embargo, eso no quiere decir que su aporte a las organizaciones deba ser considerado exclusivamente en este marco.
Todas ellas brillan con luz propia, por lo cual merecen un análisis por separado.
RPA
Esta tecnología, que ya tiene más de una década en el mercado, utiliza software para automatizar tareas repetitivas. Los bots o robots de software pueden aprender e imitar lo que hacen los seres humanos en procesos de distinta índole, que incluyen desde la extracción de información de un formulario para luego almacenarla en una base de datos, a la conciliación de registros contables o la elaboración de informes considerando múltiples fuentes. Estos bots pueden ser integrados con los sistemas empresariales (como los ERPs o los CRMs), las redes sociales y webs de terceros.
Automatizar procesos de esta forma, aporta beneficios tales como:
- Ahorro de tiempo y dinero: La RPA ayuda a reducir costos y aumenta la velocidad con la que estas tareas son realizadas.
- Mejora en la precisión y la calidad del resultado: Los bots de RPA suelen ser más precisos y menos propensos a errores que los seres humanos.
- Aumento de la productividad: Los empleados pueden liberarse de tareas repetitivas y enfocarse en tareas más importantes.
- Monitorización y auditoría: La RPA permite registrar y auditar los procesos automatizados.
Un ejemplo típico del uso de esta tecnología es la automatización de la recepción y validación de facturas, en el workflow de pago a proveedores. Con RPA se puede pasar de horas (o días) a minutos, con la ventaja de que ahora casi todas las herramientas de RPA se integran con Inteligencia Artificial, lo cual potencia sus capacidades.
Internet de las Cosas
Este concepto abarca una serie de tecnologías que permiten interconectar dispositivos a través de Internet, generalmente con la mediación de una plataforma que gestiona dicha interacción y recolectan la información proveniente de estos dispositivos. Estos dispositivos pueden ser relativamente simples, como sensores (más o menos inteligentes) que miden humedad, presión o temperatura y tienen la capacidad de transmitir vía la red dichas mediciones, hasta cámaras de video vigilancia con cierto nivel de “inteligencia” integrada en el dispositivo.
Según Statista, para 2027 habrá casi 30.000 millones de dispositivos conectados, lo cual deja claro la relevancia de esta tecnología (o conjunto de tecnologías), que ahora se verán aceleradas por la popularidad de la conectividad 5G (el más reciente estándar de telefonía celular, mejor preparada para vincular dispositivos a gran escala) y Wi-Fi 7 (el nuevo protocolo de redes inalámbricas de área local).
El impacto de esta tecnología se siente ya en numerosas industrias verticales, como Retail, Logística, Salud o Manufactura. Ciertamente, IoT también subyace en numerosas infraestructuras de servicio (desde telecomunicaciones o centros de datos, a los servicios públicos) como una manera de garantizar la continuidad de las operaciones (aquí, la recolección de datos del funcionamiento de las máquinas y el estado de las redes por parte de los sensores, se complementa con insights extraídos de información histórica, haciendo más preciso el mantenimiento preventivo o bien acelerando la recuperación a partir de las fallas).
Su integración con la IA se da, de manera sumamente efectiva, en las plataformas (usualmente corren en la nube) que aportan seguridad, gestión e interacción con otros sistemas, permitiendo además la automatización.
Herramientas colaborativas y de gestión de proyectos
Generalmente son plataformas de software que agrupan una serie de funciones bastante amplias, almacenando la información y los documentos relacionados con los proyectos, y habilitando la comunicación entre los individuos involucrados (con posibilidad de auditar o hacer un seguimiento de todo esto). Los empleados pueden acceder a la información que reside en estas plataformas o interactuar entre ellos a través de aplicaciones que corren en computadoras personales o smartphones.
Las funciones que estas plataformas ayudan a llevar adelante, en el marco de un proyecto o bien de la actividad profesional diaria, incluyen:
- Planificación y programación: Permiten definir los objetivos, tareas, plazos y recursos necesarios para un proyecto.
- Asignación de tareas: Facilitan la distribución de las tareas a los miembros del equipo, y también permiten establecer las responsabilidades.
- Seguimiento del progreso: Generalmente esto se logra a través de un dashboard o tablero de comandos. Brindan información en tiempo real sobre el estado del proyecto y permiten identificar posibles problemas o retrasos.
- Comunicación y colaboración: Permiten a los miembros del equipo comunicarse y colaborar de manera eficiente, compartiendo información y documentos.
- Gestión de recursos: Ayudan a controlar el uso de los recursos (tiempo, dinero, personal) y a optimizar su asignación.
- Informes y análisis: Generan informes detallados sobre el estado del proyecto y permiten realizar análisis para mejorar la gestión.
En el mercado existen numerosas herramientas que realizan todas o la gran mayoría de estas funciones de forma integrada, como Asana, Trello, Jira, Microsoft Project, Notion (muy popular en el ámbito universitario) o Zoho Projects.
Existen herramientas de software de uso gratuito que permiten organizar sólo una faceta de la actividad profesional vinculada a proyectos, como los asistentes de calendario (donde es posible registrar tareas, los pasos intermedios para llevarla a cabo, plazos, responsables, nivel de progreso, etcétera). Entre estas herramientas, que no tienen grandes capacidades de integración y presentan funciones de menor alcance, existen versiones gratuitas. Algunas de ellas son Microsoft To Do y Google Task.
Programación Low-Code / No-Code
Pocos años antes de la explosión de la IA Generativa, surgieron herramientas de desarrollo de software que permitían crear secuencias relativamente simples de comandos de manera simplificada: a través de una interfaz gráfica, arrastrando y vinculando bloques.
Ejemplo de esto es la forma en que un usuario sin prácticamente conocimiento de programación web podía armar su blog sobre WordPress o Blogger. Este abordaje, tiempo después, fue adoptado por la filosofía Low-Code / No-Code (que puede traducirse como “poco o ningún código”, en referencia a que no hace falta escribir líneas de código para desarrollar un programa).
Con el tiempo, grandes proveedores de software, como Microsoft, SAP o GeneXus incorporaron un abordaje similar para el desarrollo de sistemas empresariales.
Ventajas de Low-Code:
- Aceleración del desarrollo: Permite construir aplicaciones más rápidamente que la programación tradicional, ya que utiliza componentes preconstruidos y herramientas visuales.
- Flexibilidad: Permite la personalización y el acceso al código cuando sea necesario, lo que lo hace adecuado para aplicaciones más complejas.
- Menor necesidad de personal técnico: Facilita la creación de aplicaciones a personas con conocimientos básicos de programación, lo que reduce la carga sobre los equipos de IT.
- Ahorro de costos: Reduce el tiempo de desarrollo y la necesidad de contratar personal altamente especializado.
Ventajas de No-Code:
- Desarrollo extremadamente rápido: Elimina la necesidad de codificación, lo que permite crear prototipos y aplicaciones simples de manera muy rápida.
- Empoderamiento de los usuarios: Permite a usuarios de negocio crear sus propias aplicaciones sin necesidad de conocimientos técnicos.
- Menor costo: Reduce el tiempo y recursos necesarios para el desarrollo de aplicaciones.
- Automatización: Facilita la automatización de procesos y la creación de flujos de trabajo.
Ejemplos de aplicaciones de Low-Code y No-Code:
- Aplicaciones web y móviles: Plataformas como Shopify, OutSystems y Mendix permiten crear tiendas online, aplicaciones de gestión y aplicaciones móviles de forma rápida y sencilla.
- Flujos de trabajo y automatización: Plataformas como Flokzu y SAP facilitan la creación de flujos de trabajo automatizados para diferentes áreas de la empresa.
- Integraciones de sistemas: Plataformas como Zapier y Mendix permiten integrar diferentes aplicaciones y sistemas de manera fácil.
- Marketing automatizado: Plataformas como Zinkee permiten crear campañas de marketing automatizadas y personalizadas.
- Aplicaciones para instituciones gubernamentales: Plataformas de Low-Code permiten a instituciones gubernamentales crear aplicaciones para optimizar procesos administrativos y fiscales.
- Creación de paneles de control: Plataformas como Quickbase permiten crear paneles de control visuales para la gestión de datos.
Con el surgimiento de la IA Generativa, hoy es posible generar estos bloques de programación con tan solo escribir en lenguaje natural lo que deseamos hacer, llevando un paso más lejos la democratización del desarrollo de software. La realidad es que dicha tecnología, en su forma de asistentes inteligentes para los desarrolladores y los usuarios (algunos para usos específicos, otros de scope más amplio) está penetrando en casi todas las facetas de la vida empresarial.

