Mientras la Inteligencia Artificial gana terreno, las gerencias de recursos humanos y muchas empresas se preguntan sobre el nuevo rol que tienen sus colaboradores. En el mundo anterior se valorizaba la especialización. Si alguien hacía algo fuera de lo que debía hacer no sólo se pensaba que se estaba distrayendo, sino que estaba perdiendo el rumbo de su vida. Comentar un hobbie en el trabajo era algo casi prohibido en el mundo corporativo. Con el tiempo ese escenario fue cambiando y se valora la más la vida persona. Pero ahora se entiende que ese tipo de habilidades son algo que aporta mucho más de lo parecía a simple vista.
¿Y si esta curiosidad por hacer otras cosas que sienten algunos no fuera un signo de indecisión, sino más bien un indicador que muestra a una persona más preparada para la incertidumbre y con una vida más saludable? Para las empresas sus colaboradores son un activo intangible, no están en sus libros de contabilidad, sin embargo son las que harán la diferencia, tanto en los buenos como en los malos tiempos.
Un artículo publicado en 2021 en Psychological Review ahonda en esta idea. Tradicionalmente, nuestras nociones de una buena vida se basaron en el bienestar hedónico (búsqueda del placer) o eudaimónico (centrado en el significado). Sin embargo, este artículo introduce el concepto de riqueza psicológica como componente integral de una vida plena. Los investigadores dan cuenta de que tener múltiples intereses podrían protegernos del desplome cognitivo relacionado con la edad.
En lugar de centrarse únicamente en la felicidad o el significado, las vidas psicológicamente ricas se caracterizan por un mosaico de experiencias intrigantes y transformadoras.
Si observamos algunos ejemplos, la paciencia que se adquiere tejiendo, la disciplina que nos dan las artes marciales o el cambio de perspectiva de la fotografía contribuyen a liberar nuestra mente y nuestro espíritu. Con cada nueva afición, no sólo diversificamos la narrativa de nuestra vida, sino que también experimentamos la liberación que supone ver el mundo a través de múltiples lentes. Los indicadores clave de quienes llevan vidas psicológicamente ricas incluyen una mayor curiosidad, un pensamiento holístico y una tendencia al liberalismo político.
Las conclusiones del estudio demuestran que la felicidad, el sentido y la riqueza psicológica, aunque interrelacionados, son paradigmas distintos de una vida gratificante. En particular, un número considerable de participantes en el estudio expresaron globalmente su preferencia por una vida psicológicamente rica, aunque fuera a costa de la felicidad o el sentido de la vida.
Pensá en tu cerebro como en un músculo: cuanto más lo usás y lo desafiás, más fuerte y resistente se vuelve. Así que, aunque dedicarse a aficiones es una forma de pasar el tiempo, también podría ser un escudo protector contra algunas formas de demencia. Visto de esta forma tener algún hobbie pasa a ser algo que ensanchará nuestra vida y nos protegerá para el mañana.

